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miércoles, 23 de octubre de 2013

CAMINO DE SANTIAGO - ETAPA 2. CIZUR MENOR - VIANA


MIÉRCOLES 22/05 - DÍA 2. CIZUR MENOR - VIANA

     Después de la lección aprendida el primer día, hoy decido ponerme en marcha mucho antes, a las 6:30AM suena mi despertador y ninguno de los compañeros de habitación despierto, una cabaña de 5 literas, pequeña pero acogedora, cojo mi linterna de cabeza para no molestar a nadie, me visto y aseo, cargo con todos los cachibaches y me dirijo al cuarto de bicis a coger la máquina e irme a buscar un bar para desayunar fuerte. Un enorme café con leche tiene la culpa para que mi cuerpo entre en calor, 20 minutos para poder tomármelo de lo que ardía acompañado con una tostada entera con mantequilla y mermelada.

Cuarto de bicis. Alberge "Maria Teresa Roncal".

     Después de desayunar fuerte (como debe de ser), deambulo por la avenida principal del pueblo para buscar la flecha amarilla que me indique el Camino. Es raro no encontrar las indicaciones, desde Roncesavalles me había percatado que todo estaba muy bien señalizado.
 

     El objetivo de hoy sería llegar hasta Logroño, para eso debo de hacer 100kms, ya que en teoría en el día de ayer tenía pensado llegar hasta Puente de La Reina, pero entre las dos veces que fui andando con Carmen y con Carlos, el problema de la cadena, el embobarme con el paisaje haciendo fotos y disfrutando, el haberme perdido por Pamplona y el temporal a última hora, todos estos acontecimientos hicieron que me quedara en Cizur Menor, unos 20kms de retraso... Pero bueno, tengo tiempo de sobra para realizar el camino tranquilo y disfrutando de todo a mi paso, con lo cual no es una cosa que me preocupe mucho.

     Las primeras pedaladas del día son frías, hace aire y la temperatura es baja, amenaza tormenta, desde Roncesvalles siempre el viento en contra ¡¡¡Maldita Ley de Murphy!!!, y hoy la cosa iba a seguir igual incluso peor era el pronóstico del tiempo, en fin... mis ganas de seguir el camino que apenas he comenzado podría con cualquier cosa que se me presentara por delante, por dura que fuese.

El primer dilema se me presentaría a continuación, ¿subir al Alto del Perdón por carretera o por camino?, al llegar al cruce de caminos me decanté ir por el camino de tierra, y desde ese momento decidí que iría siempre que pudiese por camino, hasta Santiago, no sé si alguna vez podré volver a hacerlo, con lo cual lo quiero todo, sin prisas y con calma.

¿izquierda?¿derecha?¿izquierda?¿derecha? ¡¡¡Izquierdaaa, que léches!!!

Después de la firme decisión, el camino se hace estrecho entre los trigales verdes.

Y parece que el tiempo va a peor.

Un poco de tramo sobre una calzada romana, ¡¡¡vaya botes pegaba la bici!!!

A pesar del tiempo, el paisaje es precioso.

Ya comienzo a ver a los primeros peregrinos a pié, la mayoría se levantan a las 5-5:30AM, una verdadera locura; los que durmieron conmigo en el albergue en Cizur Menor no serían jejeje...

Una de las cosas que más me gusta cuando empiezo el día, es darles el "buen camino" al adelantar a la gente que va a pié y ha salido antes que yo de los albergues, y recibir de ellos también el "buen camino". Es una "norma establecida" entre peregrinos, es una manera de desearse suerte, dar fuerzas y ánimos, y la verdad sea dicha, funciona.


Cruzando una vereda.

Encuentro un lago antes de llegar a Zariquiegui en el lugar donde antes estaba el pueblo de Guenduláin, antigüo señorío despoblado a la derecha del Camino, formado por el palacio y la iglesia.

Hermosos trigales con amapolas floreciendo.

El suelo en teoría es firme y en pendiente sostenida, el problema radica en que con las lluvias el camino está embarrado, justo cuando comienza a inclinarse más el terreno antes de llegar a Zariquiegui.

Al fondo dejamos Cizur Menor y Pamplona, Zariquiegui está ya a un paso.

Un vistazo hacia atrás para ver el tramo recorrido.

La Iglesia de San Andrés es lo primero que nos encontramos al entrar a Zariquiegui, justo a continuación del merendero.

Llegada a Zariquiegui. Justo en esta foto se puede observar la fuente de Gambellacos, más conocida como la fuente de "La Reniega", que recuerda a la antigüa fuente de la leyenda, la cual cuenta como un peregrino, agotado y sediento hasta la extenuación fué tentado por el diablo, que se ofreció a mostrarle el emplazamiento de la fuente si a cambio renegaba de su fé. El peregrino resistió la tentación y rezó para que el demonio se marchase, y su firmeza le trajo como premio la aparición del Apostol Santiago en hábito de peregrino, que le mostró dónde estaba la fuente y le dió de beber de la concha de una vieira. Otra leyenda de las muchas del Camino.

     Salimos del pequeño Zariquiegui, y ya solamente nos queda un par de quilómetros para coronar el Alto del Perdón, ahora es cuando empieza lo más duro de la subida.

Mojón indicando el camino recomendado a seguir según se trate de si se hace a pié o en bicicleta.

Esto cada vez se hace más estrecho, más bonito y más difícil.

¡¡¡Ya falta menos!!! Unos bancos nos ofrecen unas vistas espectaculares a unos 200 metros antes de subir a lo más alto.

¡¡¡Ya estoy arriba!!! Coronando el Alto del Perdón. A continuación dos fotos junto al "Monumento al Peregrino", realizado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Pamplona.

Una foto panorámica para captar todo el monumento.

Primera gran subida de largo recorrido del Camino superada con éxito y con fuerzas.
Vistas impresionantes por las dos caras de la montaña, por atrás dejamos Pamplona con el fondo de los Pirineos Nevados, y por delante el descenso hacia una llanura ondulada con toda la sucesión de pueblos cercanos.
Hacía mucho viento, bastante frío, lleno de aerogeneradores como es lógico, unas indicaciones curiosas de distancias quilométricas, en fin... mejor ver el video.


Aerogeneradores en la cima, de cerca justo debajo de ellos impresiona la altura y el sonido de las aspas.

La curiosa indicación quilométrica de la que os hablaba, New York, Berlín, Sidney, Seúl, etc... y por supuesto Santiago.

Siguiente objetivo, llegar a Puente la Reina, pasando por Uterga, Muruzabal y Óbanos.

¡¡¡Mucho cuidado con la bajada!!! La mitad la hice en bici, pero la otra mitad me tuve que bajar por riesgo serio de caída. Hay mucha piedra suelta, mucha pendiente, y con el peso de las alforjas con más motivo aún para bajar andando.

Ya de por sí andando es peligroso bajar, hasta hay unas tablas/vigas de madera instaladas para poder hacer buen apoyo.

Al fondo el "Alto del Perdón". Después de realizar esta foto la cámara de fotos se me cayó al suelo intentando hacer un vídeo, y la pantalla quedó parcialmente rota, ya no veía ni el estado de la batería y tenía que encuadrar las fotos a ciegas. Pero bueno, mi madre no me lo ha tenido en cuenta.

La primera foto con la pantalla rota, ¿no está mal verdad?.

Sigo pedaleando y paso de largo los pueblos de Uterga y Muruzábal, no me llama especialmente la atención ninguno de los dos, cosa que en Óbanos si. Es un pueblo muy bien distribuido, calles muy cuidadas estéticamente y la señalizaciones del Camino dejan de ser flechas amarillas para convertirse en conchas de vieiras plateadas incrustadas en el suelo. Siguiendo las conchas desemboco en la plaza central del pueblo, dónde se encuentra el Ayuntamiento, una fuente, un arco porque el deberemos pasar para llegar a Puente la Reina y por supuesto la Iglesia de San Juan Bautista.

Junto a la Iglesia de San Juan Bautista. Es aquí en esta plaza, dónde se representa en todos los Agostos desde 1965 "El misterio de Óbanos", que dramatiza la antigüa leyenda jacobea de Santa Felicia y su hermano Guillermo, Príncipes de Aquitania, el cual en un arrebato de furia, dió muerte a su hermana Felicia. Arrepentido de esta acción tan vil, peregrinó a Compostela a implorar el perdón al Apostol Santiago. De regreso, se establece en la ermita de la Virgen de Arnotegui, llevando vida de eremita y realizando constantemente y todos los días buenas acciones, hasta el fin de sus días y llegando a ser Santo. Una estela a la entrada de la Iglesia recuerda dicho suceso.

Después de las fotos de rigor, abandono Óbanos por su arco con cierta tristeza, me ha gustado el pueblo, y a poca distancia enseguida llego a Puente la Reina, localidad carismática del Camino de Santiago, lugar donde tendría que haber llegado ayer.

A la entrada al pueblo me recibe la estatua de un peregrino con su indumentaria correspondiente. A sus pies tiene una leyenda que dice: "Y desde aquí, todos los caminos a Santiago se hacen uno solo". Amén.
Y es que toda la diversidad de caminos provenientes de Europa entran en España por Roncesvalles (Navarra) o por Somport (Aragón), y en teoría, estas dos vertientes que están en España se unen en Puente la Reina para hacer un único camino a Santiago, aunque otros dicen que en realidad se unen en Óbanos. Tampoco es que me quite el sueño este detalle.

Lo siguiente que me encuentro al llegar a Puente la Reina es su Iglesia, curiosamente llamada Iglesia de Santiago, no se han calentado mucho el coco. Quería sellar en la Iglesia mi credencial de peregrino, pero se encontraba cerrada.

En lo alto del campanario podemos observar grandes cigüeñas.

Cada vez que paso por un pueblo me gusta recorrer sus calles despacio.

Dejo atrás la Iglesia de Santiago por la Calle Mayor.

A la salida del pueblo me espera lo más característico de Puente la Reina, precisamente su puente románico sobre el río Arga. Se dice que fue construído bajo el mandato del Rey Sancho el Mayor, en el siglo XI, en honor a su esposa, de ahí el nombre de Puente la Reina. Además se realizó con el propósito de facilitar el paso para realizar la peregrinación a Santiago.

Foto panorámica del puente románico.

Y otra en la que salgo yo para dar fe.

Después de estar un rato sobre el césped a la vera del río Arga contemplando el grandioso puente románico, decido buscar un bar/restaurante para almorzar algo en condiciones.
En la calle Mayor entro en el Bar Aloa, y la primera cata de vino del camino, muy bueno por cierto, tinto reserva 2005 Sarria acompañado de dos montaditos de jamón ibérico de cebo, aún lo recuerdo.
Sobretodo recuerdo a los dueños del bar que tienen apartamento en Oliva, conocían además Dénia y Altea, muy majos hablando de todo un poco, consejos que no vienen mal y de la climatología, que me asustaron un poco diciéndome que desde Octubre del año pasado que no para de llover y no ven el sol, y estamos a final de Mayo, fiuf...

Después de un buen almuerzo y una buena charla toca seguir el Camino. Antes de abandonar el pueblo entro en la oficina de turismo para que me sellen la credencial, como un buen recuerdo de mi paso por este pueblo. Cruzo el puente románico y echo una última mirada atrás a Puente la Reina, otro gran pueblo que dejo atrás.
Me encuentro con fuerzas, pletórico. El camino discurre por pista acompañando al río Arga al que termino de abandonar antes de empezar a subir una buena cuesta.
Pero no sabía lo que me esperaba a continuación. Yo creía que con el Alto del Perdón tenía el día hecho, pero a partir de aquí iba a entrar en un tramo rompepiernas, subidas cortas pero muy duras, la subida al Alto de Mañeru no iba a ser corta precisamente, todo era una pista forestal, ancha, de tierra, pero empinada como la madre que la parió, llena de mosquitos y apretando el calor mientras subía. 
 
Al final no pude con la cuesta a falta de 25 metros para terminarla, pero había llegado a un punto en que la bici estaba casi parada y si echaba el peso hacia delante patinaba la rueda trasera, si dejaba el peso detrás se empinaba de delante, en fin, lo podréis comprobar en el vídeo que os dejo a continuación


Después de Mañeru se puede percibir que el paisaje cambia notablemente. Ya no voy rodeado de bosques, ni por laderas de monte bajo ni prados. De aquí en adelante todo serán campos de viñedos que hacen famosa a estas tierras por su gran vino, por eso hice la primera cata en Puente la Reina a ver que tal.

Esta es una postal típica del Camino, lo tiene todo; una senda rodeada de cereal y viñedos transitada por peregrinos que avanzan hacia un pueblo de traza medieval situado en lo alto de una colina.

Ese pueblo en cuestión se llama Cirauqui. Y para llegar hasta el centro hay que sudar de lo lindo por su entramado de calles empinadas, tanto como en el Alto de Mañeru, la diferencia que al ser asfalto este último la rueda agarra mejor y se puede subir con calma y bastante bien desahogado. En lo alto del pueblo, justo donde está el ayuntamiento, se pasa por un túnel como en el de la foto, donde hay un sello atado para que los peregrinos se sellen por ellos mismos la credencial, yo la sellé porque me gustó el pueblo.

La salida de Cirauqui es en bajada, como no podía ser de otro modo. Y la bajada se realiza por una antigüa calzada romana que pertenecía a la antigüa vía romana de Burdeos-Astorga. Llama la atención de que en tan pocos quilómetros te cruzas con construcciones y monumentos con tantos años de diferencia, de siglos, de todo el paso de la historia. Se puede bajar en bici perfectamente yendo con cuidado, y en vez de bajar por las escaleras yo lo hice por la senda que hay en la parte izquierda de la foto.

Foto de la calzada romana.

Y a continuar con el Camino, que el sol aprieta.

El siguiente pueblo por el que pasaría sería Lorca, que se vislumbra al fondo.


Antes de llegar a él, se pasa por el río Salado, que en el Codex Calixtinus (siglo XII), no tiene muy buena fama, ya que explica que no muy lejos del pueblo de Lorca habían "aguas venenosas". Textualmente dice: "¡Cuidado con beber en él, ni tú ni tu caballo, pues es un río mortífero". Son aguas ricas en sales, pero no mortíferas.

Después del puente del río Salado, paso por un túnel largo y fresco, una senda de matorral alto entre praderas, y todo todo cuesta arriba, 1 km duro hasta por fin llegar a Lorca. A la entrada me recibe la iglesia de San Salvador y su campanario.

Esta etapa, desde que comencé a subir la pinada del Alto de Mañeru es todo un rompepiernas, cuestas cortas pero pronunciadas, con bajadas fuertes, y el viento que le gusta hacer acto de presencia siempre en contra. Aún quedarían más cuestas, así que nada, paciencia. Y aquí en Lorca decido comprarme un buen bocadillo de lomo fresco, queso, tomate y tortilla con una cocacola.

Y a descansar 10 minutillos ahora que sale un poco el sol para mantenerme caliente.

Tras el merecido descanso salgo de Lorca por la calle Mayor rumbo a Villatuerta, apenas 5 kms de distancia.

En este caso el tramo es llevadero, si no fuera por el vientro en contra, pero visto lo visto este tramo es una bendición para recuperar fuerzas.

Por la Rúa Nueva, junto a la casa consistorial, subo una buena cuesta asfaltada, ya le tengo el tranquillo cogido a las cuestas y al peso de la bici, ¡¡¡qué remedio!!!.
Al final de la cuesta aparece ante mí la Iglesia de la Anunciación. En el patio de entrada hay una escultura de San Veremundo, patrón de Villatuerta y uno de los grandes benefactores del Camino de Santiago, como su coetáneos Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega.

Aquí establecí una conversación con dos matrimonios mayores de Gerona, cambiando impresiones del Camino. Ellos me comentaron que les pilló Roncesvalles nevado antes de salir, y hasta Pamplona lloviendo y nevando según a la altitud que estuvieran. Aproveché para que me hicieran unas fotos ya depaso y nos dimos el Buen Camino.
Y a continuación, un trago de agua para cumplir con la tradición. San Veremundo era un tipo muy listo, aquí fuente de agua y en Irache de vino.

Abandono Villatuerta y pongo rumbo a Estella por una senda en bajada muy bonita.

Es el segundo día y no recuerdo la cantidad de puentes sobre ríos que he cruzado. El de esta foto es sobre el río Ega.

Camino hacia Estella me encuentro con dos caballos en libertad, madre y cría. Justo al lado de un pajar.

Es importante no molestar a los animales en libertad, dejarlos disfrutar del entorno y alterarlos lo menos posible. El viento sigue de frente, cada vez más fuerte y racheado, como podréis escuchar en el vídeo que pongo a continuación.



Un pequeño chaletito sale al paso de mi camino.

Y llego a Estella de la mano del río que me acompaña en todo momento. Lo primero que me encuentro antes de entrar al pueblo es una fuente medieval con una leyenda en su margen derecho: "Buen pan, excelente agua y vino, carne y pescado, llena de toda felicidad". Otro trago de agua, excelente la verdad sea dicha, y a visitar Estella.

Cuando voy pedaleando y acercándome a la entrada del pueblo comienzo a escuchar el sonido del agua al correr, como si fuera una caída de agua, y lo primero que veo a mano derecha tras una barandilla es esta imagen.

No hay nada como vivirlo en persona, las fotos hace que pierda su encanto original. Ahí van unas cuántas más.

Aquí estoy frente al Palacio de los Reyes de Navarra, del siglo XII y con fachada porticada. Estella es un lugar emblemático del Camino, ya que es la localidad donde se fundó la primera Asociación de Amigos del Camino de Santiago.

Y aquí precisamente fué donde conocí a un buen amigo, Paulo, desde México a realizar el Camino de Santiago, gran persona. Ya te lo dije en nuestra despedida, tu también tienes casa si te decides a venir por Alicante algún día, un abrazo amigo.
Continuamos pedaleando por las calles de Estella.

Aquí la escalinata que lleva hasta la entrada de la Iglesia de San Pedro de la Rúa. Paulo creo que tendrá una foto parecida pero sin que salga él en la foto, jeje.

Salimos de las calles de Estella y llegamos a Ayegui. Seguimos las flechas amarillas, y Paulo y yo nos metemos entre pecho y espalda una buena cuesta larga que cada vez se empina más. Fué un poco corta esta primera toma de contacto, porque yo ya decidí parar a comer y el quería seguir. Así que, nos dimos el Buen Camino y seguro que más adelante nos encontraríamos.
Después de comer el menú de peregrino en Ayegui, me puse a pedalear de nuevo con el depósito de fuerzas a tope.

Sigo mi camino y enseguida sale a mi paso los campos de viñedos de Bodegas Irache.

Y de repente aparece la tan esperada Fuente del Vino, por cortesía de Bodegas Irache desde 1991. A continuación dos carteles explicativos, refraneros, ánimos, etc...

Y la Fuente del Vino en cuestión. Lo que puede parecer el sueño de muchos es una realidad en Irache: "¡¡¡Un grifo por el que sale vino al abrirlo!!!"

El vasito hay que comprarlo en una máquina expendedora al precio de 1€, de recuerdo para llevarlo a casa.

¡Y cómo no! Qué mejor que aprovechar la cámara web allí instalada para que me vea la familia en vivo, a través de la página de Bodegas Irache. Mi hermana fué la encargada de sacarme las capturas de pantalla a través del ordenador mientras hablaba con ella por teléfono, estuvo genial.

Tras tomar un trago de vino como manda la tradición y de saludar a la familia por la webcam allí instalada, me dispongo a continuar la marcha. Sigo la pista de tierra en ascenso, la cual desemboca en una plaza donde se encuentra el monasterio de los monjes hospitalarios y el museo del vino, cerrado por cierto, si nos la visita no me la hubiera perdido.
A escasos 500 metros el Camino tiene dos variantes para tomar, la que pasa por Villamayor de Monjardín, o bien la que pasa por Luquin; la más tradicional y típica es la primera variante, así que decido cogerla.

Abandono Irache dejando a mi derecha un pedazo camping espectacular, supongo que por internet habrá información. Me andentro en un pequeño tramo de bosque muy bonito a la vez que solitario, con tramos técnicos pero ciclables, además la sombra se agradece porque empezó a apretar el sol.

Al salir del bosque y de camino al siguiente pueblo, Azqueta, el tramo es muy divertido, se coge mucha velocidad y son toboganes que se disfrutan mucho, yo aproveché para pegar cuatro gritos al aire con todas mis fuerzas, diversión.

Panorámica de la llegada a Azqueta.

Y al salir de Azqueta tocaba como 1,5 kms subiendo, un poco duro debido al sol que hacía y a los quilómetros acumulados hasta ahora, el rompepiernas de Mañeru, Cirauqui y Lorca no pasa en balde.

Justo antes de llegar a Villamayor de Monjardín, a mano derecha, queda la Fuente Medieval de los Moros del siglo XIII. El interior de la fuente son unos escalones en bajada que se pierden en el agua, que en teoría antigüamente la utilizaban para beber, yo ni se me ocurriría porque está verdosa y muchos mosquitos, mejor me espero a llegar al pueblo para aprovisionarme de alimentos y agua.

Llego a Villamayor de Monjardín y paro en un establecimiento para comprar agua, un par de piezas de fruta y frutos secos, me como un par de barritas y un aquarius y a seguir. En la foto aparece la Iglesia de San Andrés, también del siglo XIII.

Y antes e irme hablé con este chico, Aitor, ya que estuvimos charlando durante los 10 minutos de merienda. Su camino sería más particular, ya que es natural de Pamplona y salió desde el ayuntamiento de allí y pretende llegar a Santiago con su perro, sin duda, una buena experiencia para compartir con el mejor amigo del hombre.

Le doy el Buen Camino a Aitor y me pongo rumbo al siguiente pueblo, Los Arcos.

El camino hacia Los Arcos es muy monótono, transcurre entre praderas verdes con montañas por ambos lados, trigales y campos de labor. No se ve ni un alma, es un tramo muy solitario y no hay nada por en medio para visitar, descansar, aprovisionarse, etc... son 10 kms de distancia, con lo cual es importante aprovisionarse de agua y comida, sobretodo para la gente que va a pié.
El viento por supuesto en contra, para variar. Y para colmo mío la rodilla izquierda me empieza a molestar, a doler bastante por su parte interna, en fin, supongo que será del esfuerzo realizado y de pedalear contra viento.

Tras sufrir un poco por el viento y la rodilla, por fin llego a Los Arcos. Solamente me paré a realizar unas pocas fotos y a continuar mi camino, el tiempo apremiaba si quería llegar a Logroño.

Salgo de Los Arcos por el cementerio, ahora tendría por delante 8kms más de soledad pura, aunque con paisajes como estos todo se lleva mejor.

En el tramo que lleva desde Los Arcos hasta Sansol sufrí mucho, la rodilla ya me dolía bastante más que antes, y en campo abierto el viento no se apiadaba de mí. En mi cabeza seguía el objetivo Logroño. Poco a poco, Roma no se hizo en un día.
La llegada a Sansol es por carretera, aquí una foto de mi sombra, mi fiel compañera de viaje.

Llego a Sansol, a su centro, siempre en alto como en casi todos los pueblos. No me llama especialmente la atención nada, es un pueblo de aspecto abandonado. Lo único que me llama la atención es cuando voy a salir de él, un cartel me alienta y me dá animos para seguir El Camino, viene bien para animarse ya que los últimos 20 kms anteriores son muy psicológicos y solitarios.
¡¡¡Ánimo!!! Nada pasa por casualidad.

Abandono Sansol, y cuando me quiero dar cuenta estoy entrando en el siguiente pueblo, Torres del Río, apenas hay distancia entre ellos, no sé si llegara a un par de quilómetros.
Aquí me encuentro con Paulo, que estaba tomándose una cerveza en la terraza del Albergue "Casa Mariela".
Le dije que mi intención era llegar a Logroño, ya era algo tarde y no lo vió claro, ya que me dijo que después de Torres del Río era un poco duro hasta llegar a la Ermita del Poyo. De todas maneras decidí continuar hasta donde llegase, quedamos en volver a vernos, que seguro que me daba alcance.

Sigo mi camino saliendo de Torres del Río y empiezo a subir por camino hacia la Ermita del Poyo. Es un tramo muy duro, en bici imposible de subir por el camino, es mejor seguir la carretera, que ya de por sí es muy dura también. En una subida me da un pinchazo la rodilla y decido que lo mejor es no forzarla más, así que decido salir a la carretera e ir suave, sin tirones ni arrancadas fuertes. Hasta llegar a lo alto de todo, se puede contemplar los barrancos de Bargota, me sirvieron de entretenimiento visual para desviar la mirada de la carretera interminable curva tras curva. Cuando llegué a lo más alto, y vislumbré Viana y Logroño, todo bajada, y por carretera, fuuuuuuf, vi el cielo abierto. Estuve 9 kms yendo a 60-70 kms/h hasta llegar a Viana.

Por fin, llegué a Viana. Y como no me encontraba bien de la rodilla, decidí parar a pernoctar en Viana. Tan sólo me quedaban 10 kms para llegar a Logroño, pero no me fiaba por si mi rodilla iba a peor, cosa de la que hoy en día no me arrepiento porque si nos hubiera sido forzarla mucho, a pesar de que hasta Logroño no hay nada exigente.
Sólo quedaba un pequeño esfuerzo más, subir a Viana, en lo alto de una colina.

Por la calle principal de Viana, dónde se encuentra la Iglesia de Santa María del siglo XIII.

Tras dar unas vueltas al fin encuentro el albergue en el que me hospedaría, Albergue "Andrés Muñoz", con cuarto de bicis, lavadoras, secadores, internet, grandes duchas, grandes habitaciones, todo muy cómodo, cierran a las 22:00h y 8€.

Una vez acomodado en el albergue, la bici en su cuarto y yo duchado y cambiado, toca ir a cenar y a dar una vuelta a conocer Viana, lo poco que pueda porque ya eran casi las 21:00h.

En estas fotos la antigüa Iglesia de San Pedro, quedan sus ruinas.


Después de cenar algo ligero (bocadillo de chistorra, con pimientos piquillo y queso curado), toca ir al albergue antes que lo cierren y dormir. El día había sido duro por el tramo rompepiernas de Mañeru, Cirauqui y Lorca, más los 20 kms solitarios con viento fuerte en contra, más los repechos de subidas a todos los pueblos. Era necesario dormir cuantas más horas mejor, y descansar la rodilla para que mañana esté en condiciones de darlo todo.