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domingo, 6 de julio de 2014

CAMINO DE SANTIAGO - ETAPA 5. BURGOS - SAHAGÚN

SÁBADO 25/05 - DÍA 5. BURGOS - SAHAGÚN

Suena el despertador del móvil y al ritual de todas las mañanas, aseo personal, recoger saco, preparar las alforjas y en marcha. Sobre las 7:30 de la mañana ya estaba en marcha.

La última mirada a través del ventanal de este impresionante albergue municipal de Burgos, que gozo y que pena da irse de aquí.

Subiendo por la calle de detrás de la Catedral me voy marchando de Burgos, es inevitable ir dando pedales y no echar la mirada atrás para ver por última vez el símbolo de esta ciudad.
En cuanto me quiero dar cuenta dejo atrás Burgos, en un periquete se sale de la ciudad y te encuentras en medio de la naturaleza.

A la subida de un puente para cruzar la carretera decido parar a sacar esta foto del amanecer.

Prosigo la marcha, hoy el día pinta bueno.

Un panel informativo del río Arlazón y la provincia de Burgos.

Continuo la marcha por camino, disfrutando del mismo, como siempre. Y cuando hay un río cerca por el cual te dejas llevar por el sonido de sus aguas, eso no tiene precio. Un tramo bonito a la par que relajante.

El "gps" del camino, flecha amarilla, esta vez sobre la corteza de un árbol.

¡¡¡Woooww!!! Cruzando el río Arlazón, creo que es de las cosas que más me ha encantado del Camino, cruzar veintemil ríos cada poco tiempo.

Sigo tirando millas y sale a mi paso un hombre con una yegüa y su potro en libertad. Lo grabo en video, me deja acariciarlo, me explica que tiene poco tiempo el potro, que es recién nacido. Una charla de unos 5 minutos muy agradable y emocionante. Le pedí permiso al chaval para grabar, tendría mi edad más o menos, así que mientras conversábamos iba grabando, o eso pensaba yo, ¡¡¡que decepción!!! no estaba grabando, solamente pude grabar la despedida. Tengo cabeza porque la llevo pegada al cuerpo jejeje...

Yegüa y potro

Yegüa y potro (2)

Me encantaron esos 5 minutos con los caballos y el hombre, inolvidables.
Sin más dilación me pongo de nuevo en marcha.

No tardo mucho en llegar a Tardajos, nada en concreto llama mi atención del pueblo, a partir de aquí todo el recorrido sería sobre lo que se conoce como páramos, es un terreno generalmente llano en una cierta altitud y sin prácticamente vegetación.

A Rabé de las Calzadas se llega enseguida desde Tardajos, se llega por carretera en este caso.

La pequeña plaza del pueblo con una fuente de agua potable de 4 caños, llamada "Fuente de los Peregrinos".

La iglesia y su campanario. Es un pueblo que están todas las casas hechas con piedra y balcones de madera, está bonito. Apenas son 200 habitantes.

Me he perdido en la siguiente plaza del pueblo, ¿alguien ve las flechas amarillas del camino? jajaja...
Subiendo por esa misma calle me disponía a desayunar, ya que había salido de Burgos en ayunas y era conveniente cargar las pilas. Tengo que desaconsejar rotundamente el bar, la verdad tenían buena pinta los desayunos, pero el trato desagradable de la camarera me disgustó y decidí seguir el camino y desayunar en el siguiente pueblo. No me dejaba entrar la bici cuando tenía sitio de sobra, cuando se disponía a traerme el desayuno no le dije nada y me salí, enseguida salió detrás mía diciéndome que me iba a perder un gran desayuno y que no me sentara mal lo del comentario anterior de la bici, que no era su propósito. En fin... me vuelvo a poner el casco y si te he visto no me acuerdo maja, nada recomendable por el trato.

Así que con ese pequeño disgusto y un vacío en el estomago iba a abandonar Rabé de las Calzadas por esta pequeña ermita. Y digo pequeño disgusto porque no estaba dispuesto a que nada me cambiara el humor en este tremendo y único viaje.

El camino se va haciendo más bonito, aparece más verde, y se va en falso llano subiendo poco a poco. Decido parar en esta área de descanso con agua potable, llamada Fuente Prao Torres. Está muy bien acondicionado con mesas de picnic y un poco de sombra que hacen los árboles.

Abandono el área de descanso y continuo por la pista, hace un tiempo envidiable y el olor de hierba fresca de las praderas es una gozada. A veces da pena ir dejando tantos sitios y lugares bonitos atrás.

En mi camino me cruzo con muchos peregrinos a pié, ¡¡¡Buen Camino!!!.
Por este tramo, como se puede ver en la foto, los peregrinos hacen torres con piedras. Yo también colaboré poniendo una. Monumentos curiosos.

Al fondo a la derecha se puede ver Hornillos del Camino. Hay que llevar cuidado en el descenso, es una bajada con mucha pendiente y pedregosa, a pesar de que el terreno es firme. Así que despacio y con buena letra.

Decido parar a desayunar, aquí conozco a Josep y Judith, con su perra pastor alemán Leiva. Su camino parte desde Barcelona y con su perro, no tienen prisa, tienen todo el tiempo del mundo, me gustó, ya es el segundo perro que veo que hace el Camino.
Sin enrollarme más, después de desayunar en el bar del pueblo voy a una tienda curiosa, la de la foto, a que me hagan dos bocadillos de chorizo bien grandes, agua, barritas, almendras y fruta para el día. Tienen relojes con todas las horas de diferentes países.

Aquí una panorámica de la tienda. Aparte de tener las horas de distintos países, también tiene billetes, recuerdos, etc... Así como las distancias que quedan hasta Santiago.

Aquí el mural con los billetes de los que os hablaba. El tendero me comentó que se lo dejaban los peregrinos que por allí pasaban, y así poco a poco ha hecho colección y lo exhibe. A los extranjeros les gusta mucho.

Con el estómago lleno salgo de Hornillos del Camino, pequeño pueblo pero muy acogedor por sus gentes. El camino continúa por páramos, y así durante prácticamente toda la etapa.

Y no me canso de mirar el horizonte desde estas praderas.

Y tras un monótono paisaje se llega en bajada a Hontanas. Está bonito bajar al pueblo a través de la calle Real que pasa por la puerta de la iglesia de la Inmaculada.

No paro para visitar nada, así que conforme entro a Hontanas salgo del mismo por un camino que queda a media altura de la ladera por montaña.

Una panorámica de este hermoso tramo.

Es muy divertido a la par de bonito. Se disfruta mucho este tramo con la bici, a pesar de dar muchos botes porque el firme es irregular, pero merece la pena.

Al final el camino desemboca a la carretera, escoltada por grandes fresnos que dan algo de sombra a los peregrinos.

Siguiendo la carretera llego enseguida a las Ruinas del Convento de San Antón. Fue construído por orden de Alfonso VII en el siglo XII.

Este monasterio era a su vez iglesia y hospital de peregrinos, donde los monjes antonianos eran famosos por curar el ergotismo: una enfermedad producida por la ingesta de cereales contaminados por el cornezuelo (pájaro). Esta enfermedad, en la Edad Media, hacía estragos entre los peregrinos, hasta tal extremo que a veces se tenían que amputar miembros. Hoy en día sólo son ruinas de parte del monasterio e iglesia, y lo que más destaca y mejor se conserva son los grandes arcos que enlaza con el hospital de peregrinos.

La verdad impresiona pasar por debajo de sus dos grandes arcos. Una construcción semiderruida, con mucho silencio y con el paso de tantos siglos. Existe un ambiente un poco misterioso.

Bueno, después de contemplar tal construcción sigo el camino por carretera, por la cuál no me cruzo con ningún coche en ningún momento. Y sin apenas enterarme vislumbro enseguida el siguiente pueblo, Castrojeriz.

Debo desviarme a la derecha del cartel, así lo indica la flecha. Se puede ver su iglesia y su castillo en ruinas en lo alto de la montaña.

Hace un sol de justicia. Un peregrino mayor apoyado en un crucero a la entrada del pueblo, tomando descanso.

Ya entrados en pueblo lo primero que veo es la colegiata de Santa María del Manzano.

Justo al lado del de la colegiata hay un jardín con un busto en recuerdo al antigüo fuero de Castrojeriz

Sigo visitando Castrojeriz y voy subiendo a lo alto del pueblo por su calle principal hasta llegar al ayuntamiento. Mi sorpresa es que me encuentro con tres personas que están haciendo también El Camino, pero a los lomos de tres caballos muy bonitos.


Al llegar a la plaza del pueblo de Castojeriz adelanto a los caballos y sus jinetes, y les doy el buen camino. Hoy parece que la cosa va de caballos, me cruzo antes con el chico con la yegüa y su cría, y ahora con tres más. Yo encantado, todo lo que sea ver naturaleza y animales.

Una vez pasada la plaza del pueblo comienza un descenso desde lo alto de Castrojeriz, y a la salida del mismo pillo tráfico, y vaya tráfico. Más animales, en este caso un rebaño bien largo de ovejas.

Así que ni corto ni perezoso decido sumarme a la causa y ser uno más entre ellas.

Vamos a dejarlas correr un poquito, que llevan más mierda que el palo un churrero.

Y mira por donde, al final me alcanzaron los tres caballos con los que compartí un poco de camino en Castrojeriz.

Entre las ovejas y los caballos

El rebaño se echa a un lado, muchas gracias señor perro pastor, sin su ayuda no hubiera sido posible. En una maniobra el perro corrió al lado del rebaño, lo apartó a un lado y pudimos pasar primeramente yo, y después los tres caballos.

Y siguiendo el camino voy cogiendo aire para lo que se me viene encima. En algunos libros había leído que le llamaban "la degollada", digamos que por la trazada que dibuja sobre la ladera de la montaña, en realidad se llama "la subida al Alto de Mostelares"

La gente dice que es corta pero te hace sacar la lengua.

Existe un cartel un poquito antes de empezar a subir para que las bicis se desvíen a la derecha y así esquivar la montaña. ¿¡¡¡Pero estamos locos o que!!!?, ni de coña. El camino debe de hacerse como debe de hacerse, con las dificultades que se te presenten y superándolas, como la vida misma.

Un poco más adelante podemos ver por señales que son 1.050 metros de recorrido con un desnivel medio de 12%.

Ese poquito que parece que he subido ya hace que saques la lengua, porque hay algún repecho muy pronunciado y no te puedes poner de pié sobre la bici, si nos patina la rueda trasera. Aproximadamente queda la mitad de recorrido.

Y ahora sí, estoy arriba. Una estampa preciosa.

Y una foto para no olvidar. Coronando el Alto de Mostelares con Castrojeriz y las llanuras y páramos al fondo.

Mojón con la venera, emblema del Camino.

Buenooo... sólo faltaba esa pequeña cuestecita, son diez metros nada más.

Sigo con un gran ritmo de pedaleo, ya que el camino se vuelve a hacer llano y no hay nada de viento. Antes he subido y ahora tocaba bajar, esta vez muy despacio porque el camino es de piedra suelta y no más de dos metros de ancho. Cuando el camino está más limpio de piedra me dejo llevar a la máxima velocidad que dan mis piernas, hasta que la bici me presenta al río Pisuerga delante de mi.

Me dispongo a cruzar el puente que salva el río, conocido como el "Puente de la Mula".

A mitad del mismo me paro para hacer una foto.

Y al terminar de cruzarlo dejo la provincia de Burgos y entro en la provincia de Palencia.

Nada más terminar de bajar la cuesta llego a Ítero de la Vega, y con el calor que hace decido parar a hacerme un tercio de cerveza bien fresquito, a la entrada del pueblo a mano derecha hay un bar y albergue (Albergue Puente Fítero), con terraza y muchas mesas, de cine.

Me termino la cervecita y salgo del pueblo. LLego a Boadilla del Camino.

En el pequeño campanario habitan cigüeñas, es una pasada la cantidad que de ellas he visto.

No visito nada de Boadilla del Camino y salgo del mismo circulando por la vera de un canal de gran renombre.

Efectivamente, se trata del famoso Canal de Castilla.

Una pequeña esclusa de compuertas en desuso expuesta como monumento.

Y aquí está, la esclusa del Canal de Castilla.

Por desgracia las compuertas estaban cerradas, así que no pude ver la subida del agua.

Con distintos niveles de altura.

Una obra de ingeniería de la época. Para el regadío de los campos de labor.

Aquí desde la parte superior.

Y en esta desde la parte inferior. Posiblemente fué la mayor obra de ingeniería para su época. Su construcción duró casi un siglo (1753-1849) y sirvió para facilitar las comunicaciones de Castilla-León y servir de alternativa debido a las deficientes comunicaciones de la red viaria. Se nutre de los ríos Pisuerga y Carrión y dispone de tres ramales.

Tiene 207 Kms de largo y salva el desnivel de alturas con esclusas, para poder hacerlo navegable. Como podemos ver en la imagen siguiente.

Dejo atrás la esclusa del Canal de Castilla y enseguida llego a Frómista, a la plaza central del pueblo. Ya es hora de parar a comer y me saco de la mochila el bocadillo de chorizo que compré en la tienda de Hornillos del Camino.

Después de comer los manjares que mejor que echarse un poquito al sol.

La plaza del pueblo de Frómista y al fondo la Iglesia de San Martin.

Pequeña pero muy bien hecha y curiosa.

Entré para sellar la credencial, ya que por dentro me gustó y el descanso en Frómista bien merecía el recuerdo de un sello en mi credencial.

Información a la entrada de la Iglesia de San Martín. Se dice que es una de las joyas del románico europeo.

Después del descanso del guerrero salgo de Frómista. Por delante me espera una llanura solitaria y en falso llano, no es exigente a nivel físico pero sí mental.
El Camino discurre paralelo a la carretera. Desde Población de Campos nos encontramos de manera continua mojones a cada intersección, y son muchas, ya que hay muchos campos de labor de cereales y sirven de aviso para llevar precaución.

Llego a Revenga de Campos.

Otro monumento a Santiago y al peregrino me encuentro en esta pequeña población.

Continuo, y la siguiente población que me encuentro es Villalcázar de Sirga. La iglesia de Santa María la Blanca sobresale entre las casas. Es muy rara y atípica, en forma de cruz perfecta, con rosetón y campanario que no destaca en altura.

Una parada en el Camino para inmortalizar los kilómetros que me quedan hasta Santiago. Cada vez más emocionado de ver que el número va bajando. Justo aquí recibí una llamada de mi madre.

A partir de aquí conocí a Jordi, y fué desde entonces cuando me puse a tirar kilómetros con él como un cosaco. La verdad es que no había nada interesante para ver durante el recorrido, con lo cual yo le dije a Jordi que a las 19:00, estuviera donde estuviese, pararía. Así lavaría la bici, me daría una ducha y a cenar bien viendo la final de Champions League, que jugaba el Bayern Munich de Guardiola contra el Borussia Dormunt, a las 20:45.
Llegamos a Carrión de los Condes.

Así que unas cuántas fotos pero a gran ritmo de pedaleo.

A la entrada de Carrión de los Condes nos recibe otro monumento con la indumentaria de Santiago el Apóstol.

Y a la salida del pueblo, cogemos buen ritmo y no paramos hasta llegar a nuestro destino, Sahagún.

El amigo Jordi es una máquina de hacer kilómetros, siempre se ponía por delante y yo a rueda. Aquí no voy tan a rueda, lo podeis ver al fondo en pequeñito, pero me vino muy bien su compañía para hacer más ameno este tramo bastante soso y aprovechar para hacer cuantos más kilómetros mejor. De esta manera paramos en Sahagún y así hasta León sólo me quedarían 50 kilómetros.
Aquí estamos entrando en la provincia de León, somos unas máquinas. Salí desde Burgos, atravesé Palencia y ahora entrando en León.

Y por fin, tras una dura etapa de 130 kilómetros llegamos a Sahagún. Tras 45 kilómetros a piñón pasamos por los pueblos de Calzadilla de la Cueza, Lédigos, Terradillos de los Templarios y San Nicolás del Real Camino. Todo esto sin parar para nada. Puro rodaje.

Y a la entrada de Sahagún decidimos hospedarnos en el Albergue ViaToris, está muy bien la verdad. Gran comedor, gran espacio para muchas literas, aparcabicis, lavadero de bicis, muy bien.

Las literas para dormir.

Si veis esta pancarta o sello, significa que es un albergue pensado también para las bicicletas, con su lavadero, aparcabicis y custodia bajo llave.

Tras lavar la bici y una buena ducha, nos sentamos Jordi y yo a la mesa a cenar, y por supuesto a ver el partido de la final de Champions (Bayern Munich-Borussia Dormunt). ¡Que gran recuerdo!. Un placer conocerte Jordi y buena cena que nos dimos, sobretodo bebiendo, la botella de vino cayó como si fuera agua, jejeje... Un abrazo amigo ;)

Yo me fui antes a la cama para despertarme en condiciones al día siguiente, Jordi se quedó a ver terminar el partido. Yo es que estaba muerto y me retiré al cuarto de hora de empezar a segunda parte. Antes de empezar el partido me fui por el pueblo a buscar comida para desayunar mañana y comprar vaselina, imprescindible tener, es mano de santo para las rozaduras en las ingles.

Siguiente etapa, Sahagún-León, espectacular ;)

¡¡¡Saludossssssss!!!


1 comentarios:

David JABALI BIKER dijo...

Costó cruzar LEON ciudad por mala señalización?